2ª SALIDA (Cavas Freixenet)

Todo hacia prever que nos encontraríamos una copiosa lluvia durante la salida a las cavas Freixenet, pero a los pericos moteros la degustación gratuita de cava, nos podía más que cualquier inclemencia meteorológica y haciendo buena aquella pancarta de los años 60, contra viento y marea los pericos moteros se echaron a la carretera.

Nos encontramos en Sarrià a las 9 de la mañana, una quincena de motos y varios coches escoba para formar comitiva hacia Sant Sadurní d’Anoia. Un cielo negro tizón, era la única amenaza de un viaje muy plácido hacia el restaurante ‘la Masia’, donde llenamos los gaznates hasta no poder más. La carne acompañada por buenas patatas y mejores ‘mongetas’, eran regadas por un vino peleón que solo se podía engullir gracias a una gaseosa de marca desconocida que ejercía de antídoto ante tan nefasta utilización de la uva.

Cuando nuestro presidente dejó de discutir con unos críticos empedernidos, y ya comidos y bebidos, volvimos a montarnos en nuestras motos. La lluvia empezó hacer acto de presencia y los chubasqueros florecieron del interior de las motos. El destino no estaba lejos y en pocos minutos llegamos a las cavas de Freixenet Doscientos cincuenta audiovisuales y una amable señorita nos mostraron que si no se hace un cava más decente simplemente es para que puedan ganar más dinero. Después un trenecito (no el que imaginan, “enfermos”) nos llevó por todos los almacenes y pudimos comprobar que aunque no tengamos agua en Cataluña, de sed no nos moriremos, millones y millones de botellas poblaban sus estanterías. Trasvase de las cavas a Barcelona ya…

La degustación final fue la constatación de la explicación de la señorita, las cosas se pueden hacer mejor, pero para qué, si ya somos los que más vendemos, alcohol, burbujas y a tirar..

Al salir de la tienda nos encontramos con una lluvia muy copiosa que nos acompañó en el viaje de vuelta. Los acompañantes de las motos (rajadoss) se acomodaron en los coches que habían acompañado a la comitiva, dejando a los conductores la ardua tarea de conducir las motos hacia sus hogares con más pinta de buzos que de motoristas.

Todos pasaron con nota la tan difícil prueba y a las dos de la tarde ya estaban en casa con algún kilo de más, mojados hasta las trancas, y con la satisfacción de saber cómo se realiza un cava tan nefasto.

La próxima salida ya será en Barcelona, y desde aquí se la contaremos, un saludo moteros..